jueves, 19 de mayo de 2011

Capitulo 2: Un extraño recibimiento

Podía notar como la luz del cálido sol le bañaba todo su rostro y parte del cuerpo… llevaba despierta desde que el sol había empezado a iluminarla, allí apoyada sobre algunos de sus amigos no quería abrir los ojos, por primera vez desde hacía mucho tiempo se encontraba tranquila y en paz, le daba miedo moverse o abrir los ojos no fuese que aquello fuese un sueño que se acabase… pese a no querer hacerlo, sentía la necesidad de levantarse a un que solo fuese un segundo, el sillón cada vez mas incomodo hacia que esa sensación aun se hiciese más fuerte. Megan no pudo evitar entreabrir los ojos durante un pequeño momento, desde donde se encontraba, pudo divisar una amplia ventana de cristal algo sucio y empañado por el que se podía apreciar un paisaje extraño, pese al calor del verano que hacía y lo bajas que era las montañas que pasaban por la ventana, sus cumbres, todas sus cumbres estaban adornadas con una blanquecina capa de nieve.

Megan volvió a cerrar los ojos para intentar volver a dormirse, pese al incomodo asiento a un tenía ganas de seguir intentado recuperar el sueño que había abandonado hace poco, fue entonces, cuando de repente, todo le vino a la memoria, lo que había ocurrido aquella noche, en donde se encontraban y hacia donde se dirigían. Bruscamente se levanto moviendo a su hermana y su primo bruscamente despertándolos. Seguían en aquel viejo y escacharrado autobús en el que apenas se notaba que estuviese moviéndose. Ya no eran los únicos pasajeros, un par de chicos y otro par de chicas se encontraban sentados en los asientos de otra mesa al fondo del autobús tomando lo que parecía ser café y una especie de bollos, el resto fue despertando poco a poco conforme se iba montando escándalo por las conversaciones que se mantenían y el tiempo pasaba y el sol se elevaba.
Una vez los ocho despiertos, Nudal se acerco a la mesa donde se encontraban- ¿queréis desayunar?-dijo mientras mostraba una bandeja con ocho tazas y una jarra de café recién echo y otra de leche templada, que dejo en la mesa, acto seguido la chica que vestía igual que él, trajo otra bandeja con un plato lleno de bollos iguales que los de la otra mesa.
Los Boax desayunaron tranquilos hasta saciar el hambre, avanzaban lentamente por un estrecho valle que apenas dejaba paso a un camino de tierra por el que ellos iban, sin previo aviso el autobús paró en seco, haciendo que algunas tazas de café, ya vacías, se volcasen y cayesen al suelo, para que todos los pasajeros se bajaran quedándose solos, el autobús volvió a arrancar, seguían avanzando lentamente por el camino, y por fin las montañas conforme iban avanzando las montañas de su izquierda se iban separando de las de la derecha, formándose poco a poco, un ancho valle de altas montañas, algunas tan altas que sobrepasaban las nubes, un rio lo atravesaba y un bosque cubría parte de él.
La marcha del autobús empezaba aminorar, al fondo, un pueblo apareció sobre la colina de una montaña lejana, al parecer, aquel era su destino de llegada. Conforme iban llegando al pueblo, el sol empezó a taparse y unas nubes oscuras aparecieron y una fina llovizna empezó a cubrir todo el inmenso valle que poco a poco iba siendo más intensa, hasta convertirse en una fuerte tormenta. Por fin el autobús paro, pero no fue en el pueblo como los Boax creían, se paro justo a la puerta de una pequeña casa de campo que estaba cerca del pueblo, aunque algo apartada.
-Bienvenidos al valle de Lendor-empezó a decir Nudal mientras abría la puerta delantera del autobús –Habéis llegado a vuestro destino.
Fuera del autobús dos hombres esperaban bajo la tormenta tapados con una especie de chubasqueros. Los ocho amigos bajaron corriendo hacia la casa que le señalaban los dos hombres cubiertos con los chubasqueros, el autobús volvió a emprender la marcha si ellos. Los dos hombres enmascarados con las capuchas de los chubasqueros abrieron la puerta de la casa.
-Entrad en la casa… ¡vamos!-grito uno de los hombres encapuchados que se encontraba bajo de la lluvia.
Varios de los ocho amigos vacilaron si salir o quedarse, mientras se miraban entre ellos indecisos, pues cada vez, las cosas les parecían mas extrañas conforme iban sucediendo. Tras unos instantes, Tons sin pensárselo dos veces, bajo rápidamente del autobús y salió corriendo hacia el porche techado de la casa, Ilydan, al ver la reacción de su amigo, le siguió automáticamente mientras que los demás se quedaban sorprendidos ante la reacción de los dos, pero al final, tras unos momentos parados, uno a uno fueron bajando del autobús saliendo corriendo hacia la casa.
-No salgáis de la casa hasta que volvamos a por vosotros- les pidió el otro hombre encapuchado cuando ya habían llegado todos a la casa- podría ser peligroso para vosotros- añadió.
-¿Y cuándo será eso?- Pregunto Sendra bastante mosqueada por que los dejasen allí solos sin saber donde estaban realmente ni donde se habían metido.
-En cuanto termine esta tormenta me temo, con ella aquí debemos de cuidar de nuestras casas- le contesto el primero que les había hablado antes mientras levantaba las manos como si señalase hacia el cielo- Es posible que dure un par de horas o un par de días, incluso es posible que una semana, me temo que no es posible saberlo- matizo para aclarar el tiempo aproximadamente.
Sin que ninguno de los ocho se hubiese enterado, el autobús se había marchado mientras habían estado cruzando unas pocas palabras con los dos encapuchados que ahora poco a poco se iban alejando y se empezaban a perder bajo la espesa lluvia que caía y la oscuridad del día pese a ser por la mañana, pues las nubes tan oscuras y el agua que caía de ellas, hacían parecer que estuviese anocheciendo y que no se pudiese ver a mas de diez metro de distancia de uno mismo. Durante unos minutos, los ocho amigos se quedaron inmóviles con cara de asustados, en dirección a donde habían desaparecido aquellos extraños encapuchados que los habían recibido, en aquel momento, sus sentimientos eran totalmente contradictorios, una parte de ellos, estaban totalmente aterrados por que no sabían donde se habían metido ni si podrían sopórtalo, ni que ocurrirá con ellos, ni mucho menos como salir de ello, pero por otro lado una calma les recorría todo el cuerpo, sus corazones les decían que ese era el camino para volver a ser lo que deberían ser y que algo importante les esperaba, algo que les cambiaria la vida. Por fin entraron a la casa que estaba caliente, un gran fuego estaba encendido en la gran chimenea que se encontraba empotrada en la pared derecha, rodeada por tres grandes sofás, en medio una gran mesa de madera y doce sillas se encontraban totalmente vacías, a la izquierda una pequeña cocina con varios muebles antiguos y un fregadero se encontraban puestos de tal manera que parecía una cocina moderna, al fondo tres puertas, dos de ellas eran habitaciones y la tercera puerta el baño. Allí en esa casa, a su pesar, se instalaron a la espera de que la tormenta pasara. 

Era el quinto día que se encontraban allí y la tormenta no parecía amainar, los nervios, las preocupaciones y el estar encerrados sin poder salir, hacían que los nervios saliesen a flor de piel y el ambiente estuviese cargado, Ilydan y Sendra estaban enfadados como de costumbre, cosa que era normal , Tons estaba extrañamente preocupado y solo Ilydan sabia porque era, en cuanto los demás intentaban preguntarle algo se les echaba a yugular. Los demás, intentaban resguardarse en algunos libros que habían encontrado en unas estanterías. Un extraño silencio roto por discusiones entre Sendra e Ilydan de vez en cuando, se había apoderado de toda la casa dejando pasar el sonido de la lluvia al caer y de los truenos, acompañados por misteriosos ruidos del exterior de la casa y algún que otro rugido de alguna bestia que desde hacia un par de días, parecía acecharles a la espera de que alguno saliese de la casa para poder devorarlo. El único lado positivo que el grupo encontraba en todo lo que estaba pasando era que por lo menos desde que llegaron a aquella casa, ninguna visión más les había perturbado, aquello era lo único que les daba confianza de que se encontraban en el lugar adecuado y que deberían seguir con ello. Por fin, la mañana del séptimo día la tormenta empezó aflojar y algunos rayos de sol empezaban a asomar entre las nubes oscuras, los rayos habían desaparecido y ya solo caía una fina llovizna cuando los ocho amigos se aventuraron a salir al porche de la casa, el alegre sonido de los pájaros, había sustituido el rugido aterrorizador de las criaturas que se habían escuchado durante los últimos cinco días. Conforme fue pasando el día el sol ganaba terreno a las nubes y ya después de comer, un esplendido sol se alzaba en lo alto del azul cielo iluminando todo el valle de Lendor que ahora parecía hermoso totalmente verde y lleno de vida. Fue entonces, a media tarde cuando lo prometido por aquellos que los habían recibido se cumplió, la visita que habían estado esperando durante siete días llego.

3 comentarios:

  1. Jope! Una vez más INTRIGA! Tienes que continuar eh ¬¬ ME ENCANTA que lo sepas. Tienes que seguir dejando cosas inacabadas en los finales por que eso me encanta! Un besito muy grande!

    TU FAN FAN FAN! jaja
    Leyre.

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  2. ola, esta bastante bien la historia, pero tienes fallos de concordancia:
    ¿el autobus se va dos veces?
    ¿Donde estan los padres?
    ¿Pones dos veces bruscamente en una frase?
    Son cosas que estropean un poco la historia, intenta mejorar :)
    Por lo demas la historia tiene bastante intriga e invita a los lectores a continuar leyendola. . XD

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  3. una cosa más mi blog: albacax.blogspot.com
    tambien es una historia con mucha fantasia, comenta como yo he hecho contigo

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