Tras comer aquel día, la calma se había instaurado entre los ocho amigos después de toda una semana, aun así, se encontraban algo impacientes, pues la tormenta había terminado por fin después de siete largos días y ya era el momento de recibir aquella visita prometida a su llegada. El silencio que reinaba en la casa dejaba paso al lejano y constante sonar del rio del valle y al alegre cantar de los pájaros que vivían en los arboles del alrededor de la casa.
La tarde ya había comenzado a caer, el sol dentro de poco empezaría a esconderse tras las montañas más altas que había al fondo del valle, fue entonces cuando unas pisadas débiles empezaron a escucharse a la lejanía, apenas perceptibles para ellos, fue conforme se iban haciendo más fuerte las pisadas cuando las empezaron a escuchar, los Boax se miraron entre sí sin saber qué hacer, Anaila fue tranquila e inquieta a la vez a la ventana para mirar, Tons y Megan se levantaron tras ella. Eran ellos, o al menos uno de ellos, un hombre encapuchado se acercaba a la casa a paso lento, no podían ver el rostro pues estaba totalmente oculto, Tons se fue directo hacia la puerta, hizo un gesto a Ilydan para que fuese con él, abrió la puerta y salió, Ilydan lo siguió y ambos esperaron apoyados en la valla de madera que había en el porche, los demás se quedaron asomados en la puerta o en las ventanas.
-Me alegro ver que estáis bien- dijo al llegar al porche mientras se sacaba la capucha de la cabeza dejando paso a un rostro entrado en algo de edad y con algunas canas.
-Nos pedisteis que no saliésemos y así lo cumplimos-le contesto Ilydan tranquilamente, pues pese a ser un desconocido, no se sentía como un desconocido-creía que vendríais acompañado anciano.
-Me temo que mi compañero tuvo que partir con la tormenta por asuntos urgentes-les explico sin mucho detalles- por cierto, ¿Dónde están mis modales? mi nombre es Darum- se presentó a la vez que hacia una pequeña reverencia.
Los ocho amigos le hicieron una pequeña reverencia al la vez que ellos decían sus nombres, después un incómodo silencio se apodero de todos, los Boax no paraban de mirarse entre ellos, mientras que Darum seguía tranquilamente allí.
-¿Que os parece si damos una vuelta y os enseño el pueblo “Lendim” y un poco las vistas del valle?-ofreció Darum como un pequeño favor, sin más, se dio la vuelta y empezó a caminar tomándose una respuesta afirmativa.
Los ocho amigos se quedaron mirando durante un instante al anciano que empezaba alejarse, se miraron un momento y salieron tras el todos juntos tras cerrar la puerta, Darum dibujo una sonrisa en su cara al ver que había conseguido que lo siguiese. Todos echaron a andar por un amplio camino de tierra que bordeaba la falda de una colina de fresca hierba verde. El aire fresco y puro, el cálido sol del ocaso que rozaba sus pieles cálidas, hizo que una sensación de bien estar y tranquilidad les recorriese todo el cuerpo entero, por primera vez en mucho tiempo, se pudieron relajarse y tranquilizarse, dejar de estar en constante alerta por sus visiones, era como la cálida protección que te daba al volver a ese hogar donde nada podía ocurrirte…Entonces, una sensación de tristeza les invadió, se encontraban en el mismo lugar que ahora pero caminaban en dirección contraria, la tristeza por marcharse de su hogar, por empezar una nueva vida, no eran ellos mismos quienes eran, pero muy parecidos eran sus rostros, algunas de las chicas habían roto a llorar, ellos estaban como desvalidos por abandonarlo todo, una última mirada hacia atrás les dejaba ver un hermoso valle que ya nunca volverían a ver.
-Vuestro pasado os llama- dijo Darum sorprendido al ver el estado en el que estaban los ocho amigos y a la vez sacándolos de ese trance.
Aquella visión, fue la más impresionante de todas, esta vez, no solo habían visto a través de los ojos de uno de esas personas, también habían sentido lo que debieron sentir, una enorme tristeza por dejar aquel lugar y un sentimiento de miedo por no saber si lo volverían a ver otra vez. La impresión fue mayor al abrir los ojos y ver exactamente la misma escena que en la visión, aquel hermoso valle no había cambiado nada, era exactamente igual que en la visión.
Tons miro a Darum anonadado, estupefacto por lo sucedido-¿Cómo que nuestro pasado nos llama?- le pregunto inquieto, pues no entendía nada de lo que sucedía.
-Vuestros antepasados abandonaron este lugar por alguna circunstancia que no se, aquello fue hace más de cinco siglos o más, ciertamente no lo sé- empezó a explicar Darum de espalda a ellos mientras contemplaba el amplio valle- por alguna razón que desconozco abandonaron el valle hacia el mundo, aquel lugar que abandonaron era su hogar y ahora os reclama a vosotros- termino de decir con la mirada perdida hacia el valle.
Cada vez estaban más anonadados, cada vez todo les parecía más extraño y empezaban a preguntarse qué estaba pasando allí - ¿Nuestros antepasados? ¿Qué tiene que ver eso con nosotros?- pregunto Agul sin saber muy bien que decir.
-Pertenecéis a la gente conocedores de la leyenda, portadores de la magia y señores del mito- dijo misteriosamente aquel hombre que los guiaba por el valle- sois los héroes que un mundo perdió y que ahora os reclama y del cual no habéis podido ignorar la llamada- añadió terminando mientras se volvía hacia los ocho amigos, hacia los Boax.
-¡Esto es una locura!-estallo gritando Lexian sin poder contenerse ni un segundo mas-Leyendas, mitos, magia… ¿Héroes de un mundo? ¿¡Nos hemos vuelto locos!?-siguió mientras miraba a sus amigos y echaba a andar hacia la casa, los demás, incluido Darum la siguieron hasta el interior de esta.
-Lexian tiene razón-dijo Max nada más entrar en la casa-¡todo esto es una autentica locura! ¡Es totalmente increíble!-continuo totalmente exaltado- nuestros antepasados? ¿¿ ¡Un mundo que los perdió!?? ¡Venga ya!
Cada uno de los ocho amigos se encontraban totalmente exaltados, la presión de encontrarse fuera de lugar, de no poder controlar la situación y sobre todo de que todo sonase totalmente extraño y fuese demasiado irreal les hacía sentirse totalmente confundidos, totalmente extraños y raros, enfadados porque se sentían mentidos, involucrados en algo que acabaría muy mal, querían marcharse de allí, olvidar todo aquello y volver a sus vidas normales con las visiones y todo.
-Queremos volver a nuestras vidas-soltó Tons tranquilamente mientras se volvía hacia la chimenea- tenemos que volver… -Volvió a repetir con un suspiro…
Todos se quedaron en silencio absoluto tras lo dicho por Tons, Darum parecía sorprendido, pues al parecer no se esperaba una reacción como esa en ninguno de los ocho amigos, los demás también estaban sorprendidos y pasaban la mirada desde el desconocido y su amigo sin saber qué hacer, estaban totalmente paralizados por aquella reacción. Segundos más tarde, Darum camino hacia una de los sillones que estaba enfrente, mientras que los Boax se juntaban con Tons alrededor de la cocina. La oscuridad de la noche empezaba a caer en el valle de Lendor, y las primeras estrellas empezaban asomar, Darum había encendido un fuego en la chimenea que apenas iluminaba un poco de la casa, mientras los ocho amigos seguían en la cocina, nadie había dicho nada desde que Tons hablo por última vez, solo un pequeño murmullo se escuchaba de donde Darum estaba, aunque él no parecía hablar.
-sabía que iba a ser difícil- dijo ahora si Darum en voz bastante baja, aunque lo suficiente como para que los Boax lo escuchasen- pero creía que podría convencerles, enseñarles la verdad- termino con un suspiro
-¿Qué ha ocurrido?-pregunto una voz en las mentes de todos claramente- La Orden de los Boax a de ser restaurada, su destino los espera.
-¿De dónde viene esa voz?- pregunto Sendra aterrada mirando hacia todos los lados, pues la voz les sonaba como si proviniese de todas partes.
Tons en cambio se encontraba justo detrás del sillón donde Darum completamente paralizado, el no buscaba el lugar de donde había venido aquella voz que todos habían escuchado, el en cambio mantenía fija la mirada un metro más delante de la chimenea, a la causa de aquel fuego resplandeciente que apenas iluminaba la casa pese a estar apagada la chimenea, no podía creerse lo que podían ver sus ojos y sin duda alguna, estaba seguro de haber encontrado la procedencia de aquella voz omnipotente, Anaila, extrañada por la rigidez del cuerpo y la mirada fija de Tons, no dudo ni un segundo en acercarse a donde estaba el, fue hacerse a él, mirar hacia donde él estaba mirando y quedarse tan rígida como él lo estaba.
-No deberíais haberlo escuchado-empezó a decir Darum en voz alta para que todos los escuchasen- pero el que podáis hacerlo, significa que no podéis ignorar vuestro destino, que sois quienes deberíais ser-conforme hablaba, el resto de los Boax se acercaron y rodearon por detrás el sillón donde estaba Darum, al igual que Tons y Anaila, se quedaron paralizados-Mi señor Lendor, os presento a la última generación de los Boax. Darum se dirigía al presentarlos hacia el mismo punto donde había venido la voz, el sitio donde todos miraban, el lugar, donde un pequeño dragón alado compuesto por puras llamas de un fuego intenso blanco, pero que no transmitía calor alguno, se encontraba con toda su hermosura y majestuosidad pese a no levantarse ni medio metro del suelo. El pequeño dragón hizo una pequeña reverencia a cada uno de ellos bajando su cabeza.
-Es un placer conocer a los descendientes de los Boax-aquella voz omnipotente volvió a resonar en sus cabezas a la vez que la figura de fuego les miraba- siento que no sea en persona, pero espero que se pueda hacer pronto.
-¿Qué… que… que eres tú?-tartamudeo Megan sin saber si realmente quería saber la respuesta a esa pregunta.
-Yo… te conozco-titubeo Tons sin saber muy bien que decir- pese a ser enano y echo de fuego, conozco tu verdadero ser…- dijo pensativo Tons, no sabía como pero sabía que era el- en mis visiones, en algunas de ellas, en esas que estaba volando encima de un dragón- titubeo dirigiéndose esta vez a sus amigos-era el- simplifico mirando al dragón de fuego- era Lendor, en mis visiones lo montaba.
-¿Quiénes somos?-dijo Ilydan totalmente desmoralizado mientras se dejaba caer en un sofá.
-Soy Lendor, uno de los cuatro dioses del mundo Legendario- explico el pequeño dragón de fuego-vosotros sois los descendientes de los Boax, los guerreros que portaron la paz al mundo Legendario, fueron los héroes que el mundo necesito en la época más oscura de nuestro mundo- siguió explicando el pequeño dragón.
Las ganas de marcharse habían desaparecido de repente, estaban confusos y seguían sin saber por qué estaban allí, que era lo que estaba pasando, o cómo era posible que un dragón de menos de medio metro compuesto por llamas de fuego estuviese delante de ellos y les hablase con aquella voz omnipotente. Todas esas ganas se habían convertido en curiosidad, en ganas de saber quiénes eran, que era lo que estaba pasando allí y porque estaban allí. Los Boax, los ocho, estaban totalmente intrigados, lo que veían que era raro y extraño empezaba a tomar algo de forma, porque realmente veían que ellos estaban involucrados y que todo eso formaba parte de ellos. Tras unos segundos de silencio el dragón volvió hacer una reverencia a todos mientras se despedía, por último se quedo mirando a Darum y las llamas de fuego que lo componían se apagaron sin dejar rastro alguno, tras ello, los ocho amigos que en conjunto se llamaban los Boax, se quedaron mirando a Darum.
Me encanta Darum jajaja ya te lo dije, fijo que luego es un cabronazo y les está mintiendo a todos (H) lo veo lo veo jaja
ResponderEliminarQuiero la segunda parte! :)
(L)
Con Cariño una fan jaja