Sobre un pueblo de la región de Guilder recaía un silencio sepulcral que fue roto por una desbandada de pájaros –gigantescas y hermosas aves, sus plumas, de tonos diferentes de dorado y rojo adornaban su majestuoso cuerpo– que salían volando de una de las llanuras cercanas al pueblo, espantadas por un terrible rugido, capaz de dar miedo a toda criatura viviente.
Acto seguido una luz cegadora ilumino todo el pueblo.